La deshidratación en el entorno laboral es un problema que afecta tanto a la salud de los trabajadores como a la eficiencia de las empresas. A medida que aumentan las temperaturas y las jornadas laborales se alargan, la falta de hidratación adecuada puede tener consecuencias graves.
Impacto en la salud y el rendimiento
La falta de hidratación puede causar síntomas como cansancio, vértigo, cefaleas e irritabilidad. Estos síntomas no solo impactan el bienestar del empleado, sino que además reducen su habilidad de enfoque y memoria, vitales para un rendimiento óptimo. También, la carencia de líquidos en el cuerpo puede incrementar el peligro de sufrir accidentes en el trabajo por la reducción de la atención y la coordinación motora.
Ambiente laboral y calor extremo
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en las últimas dos décadas ha aumentado en un 66% la población trabajadora expuesta a olas de calor. Este fenómeno, relacionado con el cambio climático, incrementa la incidencia de estrés térmico, una condición que puede causar fatiga extrema, pérdida de conocimiento e incluso daños en órganos vitales.Cadena SER
Recomendaciones para prevenir la deshidratación
Los especialistas recomiendan que la ingesta adecuada de agua para una persona adulta promedio oscila entre ocho y doce vasos al día. No obstante, en climas cálidos o durante ejercicios físicos intensos, esta cantidad puede incrementarse hasta un litro por hora. Es crucial no esperar a sentir sed para beber, puesto que la sed señala que la deshidratación ya ha comenzado. Cadena SER
Acciones en el entorno de trabajo
Asegurar la disponibilidad de agua limpia en el ámbito laboral es crucial. También, es aconsejable programar descansos frecuentes para que el personal pueda beber agua de manera apropiada. Adoptar estas medidas no solo beneficia la salud de los empleados, sino que además podría disminuir los gastos relacionados con problemas de salud y accidentes en el trabajo.